SAN ANTÓN
Una vez más, con los primeros fríos del año, llegamos al día de la onomástica del santo patrón de los animales, San Antón.
Este es un santo al cual se le tiene especial devoción en muchos pueblos y ermitas de España, como ocurre con otros muchos santos (San Roque, San Isidro, Santiago Apóstol…), y por ello, para hacer gala de su título de protector de los animales, cientos de fieles acuden a nuestras iglesias con sus mascotas para ser dignos de recibir las bendiciones en el día de San Antón.
Este santo, tan venerado, es San Antonio Abad, sobre el cual reposa una leyenda de bondad, contrastada como historia verdadera por las páginas del “calendario pío” y que le hace digno de ostentar su patronazgo.
Dicha historia cuenta que una jabalina, viendo a todos sus hijos atacados de ceguera, corrió con ellos a los pies de San Antón suplicándole compasión. Movido este por la piedad, y gracias a su intercesión, recobraron la vista los pequeños jabalíes; llena de gratitud la ejemplar jabalina nunca abandono a su bienhechor.
Para inmortalizar esta prueba de bondad, los pintores y escultores, a lo largo de la historia han representado a San Antón siempre acompañado de una jabalina agradecida, tal y como podemos ver en el relieve del Santo situado en el centro de la fachada de la ermita de San Antón situada en el barrio murciano que lleva su nombre.
Esta leyenda nos recuerda el privilegio que tenemos los cristianos a estar llamados a la santidad, como vemos en San Antón, que es una muestra de la bondad infinita del Padre hacia su creación.
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Josefa María Balsalobre -